Zeus castigará cruelmente a Prometeo encadenándolo a una roca en el Caúcaso y enviando a un ave de enormes dimensiones que devorará el hígado de Prometeo por completo. El hígado se regenerará por la noche para que al día siguiente el ave regrese y comience su eterno festín. Para los hombres, Zeus había preparado un sofisticado castigo. Ordenó a Hefesto que con sus manos modelara en arcilla una mujer perfecta. Hefesto se inspiró en su esposa Afrodita. Una vez terminada todos los dioses del Olimpo le fueron regalando dones maravillosos, de ahí su nombre: PANDORA.
Zeus le otorgó un don envenenado, la curiosidad, junto con una caja que abría una pequeña llave que colgó de su cuello. Al mismo tiempo le advirtió de que no debía abrir dicha caja bajo ningún concepto. Preparada la trampa Pandora bajó a vivir entre los hombres y se casó curiosamente con el hermano de Prometeo que hizo caso omiso de los consejos de éste que conocía el futuro. Finalmente después de un tiempo, Pandora no pudo resistirse a la tentación y abrió la caja de la cual salieron todos los males que afligen a la humanidad. Sin embargo de la caja también salió la esperanza que Hefesto había depositado de incognito en ella. Por eso por muy mal que esten las cosas, los seres humanos no nos rendimos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario